miércoles, 30 de mayo de 2012

Cuando todas esas sombras casi matan la luz.

Como se desvanece delante de mi, como desaparece poco a poco, las lágrimas no me permiten ver al frente, el tiempo se detiene... Miro a todas las direcciones, pero solo veo el pasado, no quiero ver el presente. Rota como una muñeca de porcelana, herida después de una batalla, pero no te preocupes, yo estaré bien. Estaré bien. Cierro los ojos y empiezo a recordar, la tormenta vuelve a aparecer, la lluvia me acompaña, el camino se vuelve oscurecer y cuando pensaba que todo era realidad, cada palabra, cada hecho... Cierro los ojos y empiezo a recordar, nada es semejante... Abro los ojos y veo al frente,  me prometí luchar por esto, por mi felicidad, la quiero de vuelta, la quiero aquí y no permitiré que se marche, nadie dijo que fuera difícil, nadie dijo que fuera fácil. Las palabras se las llevó el viento, nadie se acuerda de ellas, yo sí, quedaron marcadas en mi corazón. Los suspiros, dicen tanto, todo aquello que quedó en la memoria y allí están, instantes, momentos, vida. Cuando todas esas sombras casi matan la luz, casi, todavía hay claridad, hay esperanza de volver a tener la felicidad porque las cosas son difíciles pero no imposibles, haré de estas sensaciones una experiencia, no me acostumbraré al dolor ni al miedo, eso no pasará, lucharé mucho más de lo que he sufrido porque el dolor me ha ganado pero ahora venceré yo, te lo demostraré y la luz volverá, las sombras se irán, no haré que vuelvan, los resultados no serán instantáneos, seguiré luchando hasta que, mi felicidad esté, segura aquí, conmigo, como siempre ha sido.