domingo, 24 de febrero de 2013

Si supieras lo que se siente, me entenderías.

Podrían decir que soy una coleccionista de decepciones, sí, creo que lo soy. Terminé siendo una persona que espera mucho de los demás, inocente, estúpida ingenua. Sería capaz de seguir los pasos de William Shakespeare, persona que no esperaba nada de nadie y era feliz por ello.
En esta vida ya todo es al azar. No sabes qué te tocará, y solo se necesita un poco de suerte. Un movimiento equivocado y ya caes por un precipicio. Es raro que algo me sorprenda ya, si soy sincera, a veces, ya no veo el sentido a nada, todas mis esperanzas caen sobre ti pero eso es arriesgarme muy precipitadamente. ¿Debería dejarlo pasar o seguir intentándolo? Yo solo quiero ser feliz, y que compartamos la felicidad juntos. Me gustaría saber qué depara el futuro, porque me levanté con el pie izquierdo desde hace tiempo y las cosas no van muy a mi favor.
Ojalá supieras lo que se siente porque entonces, me entenderías. No sabes lo que se siente, no. Sentir que ya no puedes más, que siempre, tarde o temprano, eres reemplazada por todos y te olvidan, sabiendo que siempre estarás ahí.
Solo sobreviven los valientes, los que saben utilizar sus cartas. Creo que me tocó ser la que no tiene ni idea de qué está haciendo aquí, porque me perdí a mí misma.
Me acostumbré a caminar bajo la tormenta, las esperanzas son solo una pérdida de tiempo, nada vale ya, ni mi esfuerzo. Alma condenada a vagar por la vida, sin ningún camino qué coger, improvisando al igual que el destino, porque al parecer ni está escrito, lo tengo que hacer yo, las cosas no son tan fáciles. Ni sé lo que es mejor para mí, ni qué es lo peor.
Todo lo que he hecho, ¿acaso es suficiente? Porque yo ya no sé qué hacer.. Los días pasan, y todo vuelve a la normalidad. Hasta que te encontré. Pero eso, de momento, no significa nada.
La gente suele ser muy ignorante y eso lo he comprendido con el tiempo. Solo ven su propia realidad y se preocupan por lo que sienten. Todo acto conlleva sus consecuencias, ¿entiendes? Y yo ya he tenido muchas, me las merezco, pero no todo lo malo es para mí, supongo. ¿Alguien entiende que no soy de piedra? No podré con todo. Y este es el momento en el que tengo que luchar.