Odio
esperar, odio tener que esperarte , pero contigo aprendí que todavía
tengo paciencia. Ya no me queda mucha. Me preocupa. Y tú, no haces
nada. Otra vez la palabra. Como ya dije, todo a su tiempo, tendré
que esperar, a ver que harás. Corre. No hay mucho tiempo. Cada
segundo importa. Los míos ya te los he regalado. Tú los has tirado.
No quiero la segunda opción. Contigo o sin ti. Corre. Solo una cosa: es que ni has empezado a caminar, no te has
levantado... ni
por mí.
martes, 7 de agosto de 2012
Hace ya un tiempo. Sacado del baúl de los recuerdos.
Cada
recuerdo, cada lágrima que cae, cada pensamiento, son para ti. Yo
soy para ti. ¿Por qué no las quieres? ¿Por qué no me quieres?
Nunca has dicho eso, lo sé, pero me haces sentir así, que no te
importo. Siempre dices que todo lo que te digo me lo invento pero
piensa:“si quisieras hablar conmigo ya me hubiese llamado, si
quisieras verme ya hubiesemos quedado”. Pero nada. Nada. Odio esa
palabra. Me transmite algo negativo, como la soledad. Así me siento.
Sola, sin tí. No me acostumbro a no tenerte cogido de la mano. Me
cuesta dormir cada noche. No paro de pensar por qué estás así. Tú
me dices que estás bien. Y te creo, pero me cuesta. Si te lo
pregunto es porque es me preocupas, que es lo que tú no haces
conmigo. Siempre lloro. Mi corazón está medio roto. ¿Qué nos
pasó? ¿Qué te pasó? Intento no pensar en tí pero es como dejar
de respirar.